Este fanfic es algo que me surgió de golpe
Toda la historia y el 99.99% de los personajes estan basados en los libros de Cassandra Clare.
Puntualmente es mi ideal de continuación de CoLS, ya que falta mucho para que salga el sexto libro, así que como no me gustó como quedó "MALEC" trataré de buscarle una salida. Les podrá parecer algo "emo" al principio, pero se fue dando así. Juro que no lo provoqué!!
Bueno, si, lo provoqué, pero sin querer queriendo.
Requisito para leer éste fic:
<<HABER LEÍDO CoLS>>
Si no, no entenderán mucho de nada.Por último, dejenme sus impresiones al respecto, me encantará conocer su opinión para saber si sigo, y por si las dudas, les advierto: Es la primera vez que escribo algo de mas de una carilla.
Malec-xín
:)
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-Final de CoLS: MALEC-
<<"Alguien mató a Camille?" - Preguntó Alec incrédulo-
"No solo alguien, tontito..." -Maureen soltó una feliz carcajada- "Fui yo">>
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Aku cinta kamu
(No importa el idioma. Lo importante es saber si prevalecerá)
Alec seguía perdido en sus propios pensamientos, cuando la voz de Maureen lo trajo de nuevo al mundo real:
-Sabes? Bebí hasta la última gota de la sangre de Camille. Y sabía de manera celestial... A Ángel, diría yo.- y su sonrisa, hasta el momento laxa e inocente, se transformó de golpe en una terrible expresión demoníaca -Quieres saber otra cosa? Me gustó...-
Y el nephilim, que hasta el momento había quedado petrificado por lo que acababa de oir, sintió dos manos fuertes que lo tomaron desde atrás y vió a la vampira abalanzarse sobre él con su boca muy abierta mientras gritaba y le mostraba sus afilados colmillos.
Y de golpe, todo se volvió negro...
Capítulo 1
DEPRESIÓN
Alec despertó en la entrada del Instituto. No tenía idea de como había llegado hasta allí. Solo recordaba a Maureen, incertidumbre y luego, oscuridad absoluta. Se incorporó sacudiéndose las hojas y suciedad de sus ropas. Sentía un gusto amargo y metálico en la boca, gusto a vacío mezclado con algo mas que no sabía reconocer, y que sinceramente no le importaba.
Se adentró al Instituto ignorando las miradas que atrajo de su familia. En sus ojos había dolor y confusión. Quería gritar y golpear a alguien. Descargar todo su dolor por la ruptura. Ruptura... Optó mejor por meterse en su habitación y no salir.
Pasaron unas horas.. un día.. tres... No lo sabía con certeza. No los contaba. No pensaba. Solo cerraba los ojos y lloraba, y en medio del llanto, por momentos, se quedaba dormido. Lo que le sorprendía era que cuando despertaba siempre hallaba un plato con comida, un vaso de agua o zumo. Incluso café.
Pero él no tocaba ésas ofrendas. No sentía ganas de comer o de beber, o de hacer, o de estar, o de vivir...
Un día (resultó ser el quinto día de su agonía) sintió la voz de alguien que lo llamaba. Era Magnus que entre sueños le decía que despierte. Respondió al pedido con un gesto de dolor. Abrió los ojos de golpe y la ilusión que había sido Magnus tomó la forma de Izzy -Cómo te sientes?- preguntó. Pero él no contestó.
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Desde que Alec había vuelto ése día, no le habían escuchado emitir palabra. Supusieron la causa cuando Simon contó que había recibido un mensaje de Magnus. El brujo había vuelto a su loft ésa noche y no había nada fuera de lugar. No closet vacío y no llave sobre la mesa del comedor.
Cuando Simon llegó al departamento, lo estaba esperando en la puerta con dos bolsas de ropa: -Entrégale ésto en mano a Alexander. No quiero saber ya mas nada de él- dijo Magnus de manera soberbia y distante.
Clary e Isabelle lo esperaban en Takis. Simon llegó y arrojó las bolsas a los pies de las nephilim y se arrojó a sentarse sintiendo como lo taladraban 2 pares de ojos.
-Sonaba monótono. No enojado, pero si frío cuando me informó de manera oficial- marcó las comillas con los dedos -que no quería volver a tener ningún tipo de contacto con la familia Lightwood en lo que le quedaba de vida...- hizo una mueca pensativo -Osea, si no lo entendieron, quiso decir para siempre y nunca...-
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Isabelle iba a verle 5 ó 6 veces al día. Entraba y se sentaba a su lado en la cama. A veces se acostaba junto a él. Lo miraba y secaba disimuladamente sus lágrimas recientes, por lo que adivinaba que él no estaba dormido en realidad. Pero no lo molestaba. Él hablaría cuando estuviese preparado.
Ése día, luego de un momento Alec abrió los ojos y miró a Isabelle como quien mira a un ave volar y volvió a hundir su rostro en la almohada. Ella recostó su cabeza entre los omóplatos de su hermano y sintió su respiración, algo entrecortada por lo que supuso, angustia.
-Ya pasará- dijo entristecida por verlo así -No es el último hombre sobre la tierra. Y tú eres un muy buen partido- sonrió con esto último para ponerle un poco de humor a lo que acababa de decir, pero se dió cuenta que no había funcionado. Alec ya estaba perdido de nuevo en su propia amargura.
"Aku cinta kamu" le había dicho la última vez que lo vió.
Y luego lo recordaba yéndose; alejándose de él y dejándolo solo para siempre. Se sentía frío y abandonado como aquel túnel.
"Aku cinta kamu"... "Te Amo"... Ya no significaba nada.
Solo dolor y ganas de desaparecer para siempre.
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RESIGNACIÓN
Capítulo 2
Dos semanas habían pasado ya desde la ruptura. Alec sintió que era momento de, no tanto de seguir como si nada, pero si de levantarse de la cama y salir de su habitación hacia el mundo real.
Lo primero fue ducharse y afeitarse. Recortó un poco su flequillo porque le molestaba en los ojos. Al instante se arrepintió. El cabello largo le hubiese disimulado un poco las ojeras y las mejillas algo hundidas que mostraban el descenso de peso que había sufrido al no estar alimentándose. Pero ya era tarde para lamentarse.
Resignado, salió del baño para vestirse. Se encontró con los dos paquetes con ropas y pertenencias que había enviado Magnus. Tragó en seco y pasó al lado ignorándolos por completo. Abrió su closet y tomó una playera color gris oscuro y un pantalón negro del equipo de caza, todas prendas que pertenecían a su etapa pre-Magnus. Se calzó botas y salió rumbo a la biblioteca. Al entrar allí la encontró vacía. Un par de tazas dejadas recientemente pero ninguno de sus dueños. No pudiendo contenerse a su impulso de mantener todo en orden, tomó las tazas y se las llevó hacia la cocina. Al entrar allí halló un panorama totalmente opuesto al de la biblioteca. Jace, Clary e Izzy riendo un poco, bebiendo café.
Jace parecía brillar un poco aún. Efeccto residual, seguramente. Clary lo tenía tomado de la mano como si no lo quisiera dejar ir y le daban la espalda a la puerta. Ambos miraban a Isabelle mientras ella hacía movimientos exagerados con sus manos contando algún suceso gracioso. Quedó estática en un momento mirándolo, sonriéndole. Jace y Clary se dieron cuenta de la reacción y se dieron vuelta al instante. Jace sonrió y vió las tazas en sus manos:
-Ya era hora que el mayordomo se hiciera presente, la mugre está acumulándose- dijo sonriendo y se levantó a darle un abrazo
-Bienvenido al mundo de los vivos de nuevo, hermano-.
Alec se separó un poco y lo miró
-Veo que aún eres un hada brillosita- dijo en medio de una sonrisa -un poco mas y te pareces a Magnus...- Y de golpe su rostro hasta el momento tranquilo se volvió gris de nuevo. Se acercó hacia donde estaba Clary y dejó las tazas -Hola Clary, Izzy- intentó sonar lo mas cordial que pudo y salió del recinto dirigiéndose de nuevo a su habitación.
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Antes de llegar a su habitación sintió que alguien lo llamaba. Era Jace. Se detuvo justo en su puerta y se volteó poniendo la mejor expresión que pudo.
-Rayos, que caminas rápido!- bromeó Jace -Menos mal que te alcancé. Escucha. Preciso que me hagas un favor...-
Alec lo miró intrigado y dudando de poder cumplir con cualquier favor que éste le pudiese pedir.
-Un favor? Cuál?-
-Mira- dijo Jace -todo ésto de que estoy "brillosito" como dijiste, es un impedimento para salir a patrullar, o para salir a cualquier sitio, en realidad. Y bueno...- Jace dudó, pero continuó -Izzy y Clary querían ir a entrenar al parque... La cosa es que quería saber si tú podrías acompañarlas.- Lo miró espectante, por lo que Alec finalmente accedió.
-Si, está bien. Dime cuando.-
-Ahora. Es mas, ya!- respondió el rubio, animado -Quiero leer y Clary no me deja tranquilo ni a sol ni a sombra.-
Alec lo miró escéptico y lleno de memorias propias con el brujo; memorias en las que Magnus no quería que saliera a cazar temeroso de que el nephilim no regresara. Sacudió esos recuerdos de su cabeza y asintió.
-Está bien. Avisales que se alisten- abrió la puerta de su habitación -Iré por un abrigo y un par de cosas.-
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Luego de tomar su cazadora negra reglamentaria, su cinturón de armas, su teléfono y un par de gafas de sol, llegó hasta el ascensor, donde le esperaban las jóvenes.
-Vamos- Dijo él sin detenerse al ver la puerta del elevador abierta, entrando en él.
Lo siguieron y salieron del Instituto. Sus ojos estaban apagados... débiles y demacrados, y sintió que se le lastimaban con la luz. Así que, aunque no hubiese sol, se los cubrió.
-Simon se encontrará con nosotros en el parque?- preguntó. Ya se sentía habituado al vampiro y por momentos incluso lo extrañaba cuando pasaba días sin verlo.
-Si- dijo Isabelle -Acabo de llamarlo.- Un leve sonrojo se dejó ver en el rostro de la morena. Alec la miró y sonrió por ella. En cierta forma le alegraba verla feliz.
Y de nuevo los recuerdos lo golpeaban: Simon era un vampiro, por lo tanto era inmortal. Por qué demonios entonces se alegraba tanto su hermana? <"Se alegra porque, a diferencia de tí, ella no es egoísta y no le importa el qué dirán. Ella vive y disfruta el momento y si tú hubieses tenido aunque sea, la mitad de su actitud, aún estarías con él"> Su mente trabajaba sucio y ésto había sido demasiado. Se detuvo en seco y precisó sostenerse del poste del semáforo. Izzy se detuvo y lo miró preocupada:
-Quieres volver a casa?-
<"A casa? tú no tienes casa"> fué lo que le dijo su conciencia.
-No.- respondió -Fue un mareo. Mucha cama. Sigamos.- esbozó lo mejor que pudo una sonrisa y se puso en marcha de nuevo. Isabelle lo tomó del brazo y comenzó a caminar a su lado mientras hablaba animadamente con Clary, que no le quitaba los ojos de encima, como estudiándolo.
-Pasa algo, Clarissa? Dije que me sentía bien, ok? Deja ya de mirarme así- Dijo Alec sin siquiera mirarla.
-Ok, ok- respondió Clary un poco molesta al escuchar su nombre completo. Pero era Alec, era común que él la llamara así solo porque volara una mosca -Solo que si en algún momento quieres volver, nos dirás, verdad?-
-Está bien- respondió -Perdóname el tono, Clary- sonrió y ella asintió en respuesta.
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Siguieron caminando hasta llegar al parque, que no estaba muy lejos. Una vez allí Clary e Izzy delimitaron la zona con runas para crear un fuerte glamour. Alec solo se limitó a sentarse a un costado, bajo la sombra de un árbol. Aún sentía debilidad y por ello acusaba cansancio. Un rato después, luego de ver unas cuantas piruetas por parte de Clary, cosa que le sorprendió (en Iz eran habituales ya) sintió un frío que le recorrió la nuca. Se volteó en guardia y vió que era Simon que le sonreía:
-Alec!! Bienvenido al mundo de los vivos, joven nephilim!-
Alec entrecerró los ojos irritado:
-Jace y tú cada vez se parecen mas. A veces se me figura que son gemelos separados al nacer-
Simon se rió a viva voz por lo que dijo y ésto hizo que Isabel y Clary voltearan y lo vean, saludándolo a la distancia pero sin abandonar los ejercicios. Simon se sentó al lado de Alec:
-Y dime, cómo te encuentras? Y no me digas que con un GPS- rió -Ya... mejoraron las heridas de tu corazón?- Dramatizó esto último.
Alec lo miró inexpresivo -Los aspirantes a músicos medianamente "mediocres" siempre son tan... Tan...- dijo cortado, pensando.
-Directos?- preguntó Simon -mmm.... Solo con las personas que nos importan mucho o con aquellos que no nos importan nada- sonrió infundiéndole confianza.
-Supongo que entro en la segunda categoría, no?- Alec jugó con sus dedos arrancando la hierba, pensativo.
-Eres idiota, nephilim. Alguna vez te lo dijeron?-
Ésto fue una puñalada en el maltrecho corazón de Alec. Recordaba la guerra contra Valentine y el primer encuentro luego de lo que pensaba, había sido el "hasta siempre" con Magnus.
Simon pudo reconocer el dolor del moreno en sus ojos detrás de los vidrios tintados de las gafas. Notó la acumulación de sangre en sus mejillas que permitían ver su clásico sonrojo; y el corazón, latiéndole a mil por lo que estaba casi seguro, algún recuerdo sobre el brujo. -Alec...-
Éste levantó la vista de la grava que rodeaba un cantero frente a él pero no habló.
-Dime...- prosiguió el vampiro -Qué sucedió entre Magnus y tú?-
-Lo herí- dijo Alec de golpe -Herí su plena confianza en mi..- y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas como no lo habían hecho desde hacía solo un par de horas.
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